lo que sigue...

 
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Llevo ya bastante tiempo pensando y re-pensando qué hacemos, cómo lo hacemos, porqué lo hacemos. Quién nos iba a decir que nuestra propuesta para la última edición de ZonaMACO -un stand a puerta cerrada en el que se limitaba el numero de visitantes por día- estaba prefigurando la soledad y el vacío en el que vivimos en esta época de Coronavirus. En ese experimento, descubrimos algo que no estaba calculado: cada vez que entrábamos en el stand con alguien y cerrábamos la puerta detrás de nosotros se hacía un silencio particular, un vacío parecido al que se percibe cuando entras en una habitación de fieltro de Beuys. Era evidente la desaparición del ruido visual y auditivo de la feria y de pronto nos encontramos con toda la atención de la persona que estaba ahi adentro con nosotros. Esto nos dio la oportunidad -inédita en ese contexto- de contar con todo detalle las piezas exhibidas, su historia, la relación que intentamos establecer entre ellas, en fin, tuvimos buenísimas conversaciones con todo tipo de personas. Claro que de ese aislamiento a este hay un trecho…pero lo que sí es verdad es que pudimos comprobar que, por lo menos para el tipo de artistas con los que trabajamos y el tipo de trabajo que proponen, la exposición es el mejor contexto posible para ver arte. En ese sentido el experimento de MACO fue claro: trasladamos la experiencia de la galeria al centro mismo de la feria.

Pocas semanas después de esa experiencia tomamos la decisión de cambiar, no solo de ubicación física, sino también y sobre todo de modelo. Con la pandemia pisándonos los talones hicimos una mudanza que se cobró lo suyo en términos económicos, energéticos y emocionales. Hoy que llevo ya más de dos semanas encerrada estoy cada vez más convencida de que estamos en el camino adecuado y de que este cambio no pudo venir en mejor momento.

Tristemente ahora mismo la situación sanitaria nos impide invitarlos a conocer nuestro nuevo emplazamiento pero estamos utilizando estos días para prepararnos para el momento de recibirlos. Al mismo tiempo estoy re-descubriendo todo lo que no sé sobre redes y medios digitales…y también estoy comprobando porqué siempre he sido más o menos reticente a utilizar excesivamente las nuevas tecnologías. Soy vieja escuela, creo en el poder del objeto, de la presencia física de las personas y de las cosas, y específicamente dela obra de arte, para establecer cualquier conexión intelectual o sensorial. Después de pensarlo mucho y con ese mismo espíritu estoy ensayando las diversas posibilidades que nos ofrece esa misma tecnología para estar presentes, para seguir trabajando, para seguir dándole una plataforma a nuestros artistas y para entender nuestra práctica como galería desde una perspectiva mucho más amplia: como archivistas, intérpretes, curadores, informadores y event-planners. Y por supuesto para enseguida re-imaginar como podemos seguir haciendo eso y otras cosas.

Los invito a que en estos días exploren nuestra página web. Estamos ingresando contenido nuevo y diverso con la idea de ir recuperando ciertas obras que teníamos en el fondo de armario, de profundizar en las prácticas de nuestros artistas y de experimentar y explotar la plataforma digital de una manera más consciente, congruente y sólida. Escríbanos para contarnos que les gusta y qué no, pregunten y comenten todo lo que se les ocurra, se trata de mantener el contacto y de aprovechar el tiempo para retomar la conversación.

Nunca el arte ha sido tan necesario como ahora para hacernos pensar, para obligarnos a compartir, para ayudarnos a entender.

*imagen: Ignasi Aballí, vacío-aire, 2017, collage (diptico), 21 x 29.7 cm c/u

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